En las palabras de Badiou se esconde un gigantesco cúmulo de energía, junto con algo de descaro y desvergenza. Lo infantil merodea sus libros. Un niño rompe las cosas, las desarma y las destruye, sin preguntarse qué prejuicios le podría acarrear. Goza en el azar de sus juegos y juguetes: los decapita y arregla; tuerce, elige, gobierna. Aain Badiou hombre de gran porte y vos severa. Posee la risa, el abrazo y el histrionismo ásiempre a la orden del día `porque es un infante enorme que escribe axiomas para un nuevo mundo. cuando se está ante su obra, se habita ese terreno donde todo puede crearse. Como su tan cercano y al mismo tiempo lejano- Deleuze, es una máquina propositiva cuyos límites no son la muerte ni el tiempo.