LOS PAJAROS NO TEMEN VOLAR . POESIA Y MISTICA
de AROLA , RAIMON
Editorial:
OLAÑETA
ISBN: 9788497161909
Código: OLA571
Temática: FICCION Y LITERATURA » POESIA »S/D
Formato:
140 x 110 x 8 mm [RUSTICA CON SOLAPA]
Páginas: 138
Publicación: 05/02/2025
ISBN: 9788497161909
Código: OLA571
Temática: FICCION Y LITERATURA » POESIA »
Páginas: 138
Publicación: 05/02/2025
Precio:
$ 21.590,00
En sus poemas, R. Aróla se pregunta por qué el ser humano teme ser lo que realmente es. El ejemplo de los pájaros que da título al poemario es muy claro: un pájaro no teme volar porque es algo que pertenece a su propia naturaleza, del mismo modo que lo propio de los seres humanos debería ser el conocimiento espiritual, que cada vez aparece más lejano y amenazador. Los poemas de Aróla son una invitación a la trascendencia y a la búsqueda del universo espiritual, que es lo propio del hombre. Al poeta, no le pedimos que nos deslumbre con juegos de palabras lo único que le pedimos es que sea veraz, es decir, que en los pliegues de sus versos palpite la verdad. Y eso mismo le pedimos también al místico, que es quien ha penetrado en el misterio, al contrario del filósofo, que solo ha dado vueltas a su alrededor. Muchas veces, las dos figuras coinciden: el poeta es un místico y el místico es un poeta. Sea como fuere, ni el poeta ni el místico tienen derecho a mentir. Los pájaros que evoca Raimon Arola en estas páginas no temen volar. El propio autor tampoco tiene miedo, y vuela como lo hacen los sabios: con la mirada iluminada, el corazón encendido y los pies en el suelo. En sus poemas, R. Aróla se pregunta por qué el ser humano teme ser lo que realmente es. El ejemplo de los pájaros que da título al poemario es muy claro: un pájaro no teme volar porque es algo que pertenece a su propia naturaleza, del mismo modo que lo propio de los seres humanos debería ser el conocimiento espiritual, que cada vez aparece más lejano y amenazador. Los poemas de Aróla son una invitación a la trascendencia y a la búsqueda del universo espiritual, que es lo propio del hombre. Al poeta, no le pedimos que nos deslumbre con juegos de palabras lo único que le pedimos es que sea veraz, es decir, que en los pliegues de sus versos palpite la verdad. Y eso mismo le pedimos también al místico, que es quien ha penetrado en el misterio, al contrario del filósofo, que solo ha dado vueltas a su alrededor. Muchas veces, las dos figuras coinciden: el po
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