La próstata no es una glándula menos eficaz que el corazón, los riñones, o menos delicada que los ojos. Protegida perfectamente de las agresiones del exterior y sin requerir unos cuidados cotidianos ni siquiera conscientes, es capaz de funcionar perfectamente durante toda nuestra existencia. Solamente una serie prolongada d e errores en el mantenimiento de la salud es capaz de deteriorarla y alterarla de forma grave. Así que, amigo lector, no se crea eso de que todos los varones mayores de 45 años tendrán inevitablemente hipertrofia prostática, o cáncer de próstata, por poner algunos ejemplos muy conocidos por su frecuencia. Si usted padece alguna de las enfermedades que en este libro vamos a describir -y solucionar-, no será por tener muchos años a sus espaldas, ni mucho menos por ser varón, sino porque usted no ha sabido cuidarse. Pero, aunque sea así, no se preocupe, la naturaleza nos pone a nuestra disposición una gran cantidad de recursos naturales para curarnos de la mayoría de los males prostáticos, tal y como describiremos en este libro.